Pocas veces en la vida tengo muy poco por contar. Tal vez por eso no había publicado antes una entrada. No sé, voy escribir lo que me salga desde adentro. Primero sería bueno agradecer a mis amiguitas Pepa, Quime y mi Doc, niñas superbonitas personas que nunca me dejan sola en esta locura de andar publicando lo pensado en la internet. Pero los niños que no se pongan celosos, pues Akeronte, Noesloquecrees, Yara y Caballero Inexistente, también se tienen ganado un pedacito de cariño en mi corazón.
-Puede que parezca muy diplomática, pero me gusta decir lo que siento y si alguien me agrada, me cautiva o simplemente logra robarme una sonrisa, no tengo duda en decirlo, pues alguna vez ya me pasó. La muerte me enseñó a decirle a las personas que las quiero, me enseñó a valorar lo que tengo y a las personas que me rodean.
Bien, pero no voy a hablar de cosas tristes. Vengo en estos días con una inestabilidad emocional horrible y creo que me cae bien hablar sobre cosas que no me hagan daño, aunque estoy segura que en algún momento terminaré por mencionarlas.
Hoy anduve en Metro paisa y me la pasé mirando a la gente, examinandola, su ropa, sus caras, sus cuerpos, sus olores. No todas las mujeres son bonitas por aquí. La mayoría de los hombres como en todos los lugares no son muy atractivos. Me llamó la atención una niña, más bien una muchacha como de 20 años, muy muy delgada, pero con una cola gigante. De cara no era tan atractiva y no sé por qué me llamó tanto la atención, pero me pareció extraño que siendo tan delgada su cuerpo pudiera ser así.
Pero no es que se viera mal, por el contrario, se veía muy bien, y obvio los tipos chorreando babas con la niña, una verdadera niña exótica.
Ya ni se que escribo, pero bien, el viernes iré a fiesta de disfraces con mi hermana regañona, no sé de que disfrazarme, alguna idea?
Me cuentan?